
… una niña llamada Caperucita Roja, a la que su madre encargó llevar una cesta a su abuelita enferma que vivía en el bosque, advirtiéndole que no hablara con desconocidos.
Pero por el camino se encontró al lobo y se paró a hablar con él, contándole lo que iba a hacer.
El lobo aprovechó para engañar a Caperucita y llegar antes a casa de su abuelita, a quien se comió. Después se vistió con su ropa y se metión en la cama para engañar a Caperucita y comérsela también.
Afortunadamente, un leñador que paseaba por allí descubre al lobo durmiendo tras comerse a Caperucita y a su abuelita, y las sacó de la tripa del lobo, poniendo en su lugar piedras, que hicieron que el lobo se ahogara al ir a beber al río.
Y colorín colorado, este cuento, y las galletas, se han acabado.
Estas galletas de Caperucita Roja las hice para la celebración del cumpleaños de las mellis en el colegio. En lugar de cortapastas, copié los dibujos que quería y recorté sus siluetas en plástico, y con esas plantillas recorté las galletas. Están decoradas con fondant.
Carmen, qué bonitas!!!!!!!!!!! !Qué pena comérselas…
Besitos
pero que monada de galletas! estan super curradas, preciosas, un beso
Iba a preguntar si no te daba pena comértelas, pero una vez me regalaron galletas decoradas y duraron un suspiro, en plan monstruo de las galletas de barrio sésamo… Muy chulas, tus nenas han tenido que alucinar. Un besote.
É uma historia que gosto muito.
Essas bolachas ficaram tão lindas e perfeitas que eu nem teria coragem de as comer
bj
preciosassssssssss!!! eres una artista!!!!
Vaya lujazo de galletas :))
Un saludito
Pero qué cosa más bonitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa *_*. Esas monadas no se pueden comer! Ains, la caperucita especialmente es una preciosidad, bueno, todas! Menudo arte tienes 🙂
Jajajaja, qué bueno! qué bonitas te han quedado!